En las distintas capas de la atmósfera
se encuentra una capa cuya concentración de ozono es la más alta en todo el
planeta. Se trata de la llamada capa de ozono. Esta zona situada en la
estratosfera a unos 60 km de altura sobre el nivel del mar tiene efectos
necesarios para la vida en el planeta.
Con la emisión de ciertos gases
nocivos a la atmósfera por parte del ser humano, esta capa sufrió un
adelgazamiento que ponía en peligro su función para la vida en el planeta. Sin
embargo, a día de hoy parece estar recomponiéndose. ¿Quieres saber qué función
tiene la capa de ozono y la importancia que tiene para el ser humano?
El gas ozono
Para empezar a conocer qué
función tiene la capa de ozono, primero debemos conocer las propiedades del gas
que lo compone: el gas ozono. Su fórmula química es O3, y es la forma
alotrópica del oxígeno, es decir, una de las modalidades en las que se puede
encontrar en la naturaleza.
El ozono es un gas que a
condiciones de temperaturas y presión ordinarias se descompone en oxígeno
común. Asimismo, desprende un penetrante olor sulfuroso y su coloración es
azulada suave. Si el ozono se encontrase en la superficie terrestre sería
tóxico para los vegetales y animales. Sin embargo, existe de forma natural en
la capa de ozono y sin esa alta concentración de este gas en la estratosfera no
podríamos salir a la calle.
Función de la capa de ozono
El ozono es un importante
protector de la vida sobre la superficie de la Tierra. Esto es debido a su
función de filtro protector contra la radiación ultravioleta del Sol. El ozono
se encarga de absorber principalmente los rayos del Sol que se encuentran en la
longitud de onda entre los 280 y 320 nm.
Cuando la radiación ultravioleta
del Sol incide sobre el ozono se va produciendo la ruptura de la molécula en
oxígeno atómico y en oxígeno común. Cuando el oxígeno común y atómico se
vuelven a encontrar en la estratosfera vuelven a unirse para formar una
molécula de ozono. Estas reacciones son constantes en la estratosfera y
coexisten el ozono y el oxígeno a la vez.
Características químicas del
ozono
El ozono es un gas que se puede
detectar en las tormentas eléctricas y cerca de aquellos equipos con alto
voltaje o que produzcan chispas. Por ejemplo, en las batidoras, cuando se
producen chispas por el contacto de las escobillas se produce ozono. Se puede
reconocer fácilmente por el olor.
Este gas puede condensarse y
presentarse como un líquido de color azul y muy inestable. Sin embargo, si se
congela presentará un color negro-violeta. En estos dos estados es una
sustancia muy explosiva dado su gran poder oxidante.
Cuando el ozono se descompone en
cloro es capaz de oxidar la mayor parte de los metales y, aunque su
concentración sea muy pequeña en la superficie terrestre (tan sólo de unos 20
ppmm), es capaz de oxidar metales.
Es más pesado y activo que el
oxígeno. También es más oxidante, razón por la cual se utiliza como
desinfectante y germicida, debido a la oxidación de las bacterias que este
efectúa. Se ha utilizado para purificar agua, destruye la materia orgánica, o
el aire en hospitales, submarinos, etc.
La capa de ozono
El término propiamente dicho de
“capa de ozono” está entendido, por lo general, de una manera equivocada. Es
decir, el concepto que se tiene es que a una determinada altura de la
estratosfera existe una concentración alta de ozono que cubre y protege la
Tierra. Más o menos se representa como si el cielo estuviera cubierto por un
estrato nubloso.
Sin embargo, esto no es así. Lo
cierto es que el ozono no está concentrado en un estrato, ni está situado a una
altura específica, sino que es un gas escaso que está muy diluido en el aire y
que, además, aparece desde el suelo hasta más allá de la estratosfera. A lo que
llamamos “capa de ozono” es a una zona de la estratosfera donde la
concentración de moléculas de ozono es relativamente alta (unas pocas
partículas por millón) y mucho más altas que las otras concentraciones de ozono
en superficie. Pero la concentración de ozono comparado con la de otros gases
de la atmósfera como el nitrógeno, es minúscula.
Si la capa de ozono desapareciera
los rayos ultravioletas del Sol incidirían sobre la superficie terrestre
directamente sin ningún tipo de filtro y provocaría la esterilización de la
superficie, aniquilando toda la vida terrestre.
La concentración del gas ozono en
la capa de ozono es de unas 10 partes por millón. La concentración del ozono
estratosférico varía con la altura, pero nunca es más de una cienmilésima de la
atmósfera en que se encuentra. El ozono es un gas tan escaso que, si en un
momento lo separásemos del resto del aire y que lo atrajésemos al ras de
tierra, tendría solamente 3mm de espesor.
Destrucción de la capa de
ozono
La capa de ozono comenzó a
deteriorarse allá por los años 70, cuando se vio la acción perjudicial que
tienen los gases de óxidos de nitrógeno sobre la misma. Estos gases eran
expulsados por los aviones supersónicos.
El óxido nitroso reacciona con el
ozono dando por resultado óxido nítrico y oxígeno común. Aunque esto suceda, la
acción sobre la capa de ozono es mínima. Los gases que realmente dañan a la
capa de ozono son los CFC (cloro-fluoro-carbonos). Estos gases son el resultado
del uso de productos químicos sintéticos.
La primera vez que se tuvo noción
de la disminución de la capa de ozono fue en el año 1977 en la Antártida. En el
año 1985 se consiguió medir que la radiación ultravioleta perjudicial del Sol
había aumentado 10 veces y que la capa de ozono sobre la Antártida había
disminuido en un 40%. A partir de ahí es cuando se comenzó a hablar del agujero
de ozono.
La disminución del espesor de la
capa de ozono fue por mucho tiempo un misterio. Explicaciones ligadas a los
ciclos solares o características dinámicas de la atmósfera, parecen infundadas
y hoy por día parece probado que es debido al aumento de las emisiones del
freón (Clorofluorcarbono o C.F.C), un gas que se usa en la industria de los
aerosoles, plásticos y los circuitos de refrigeración y aire acondicionado.
Los CFC son gases muy estables en
la atmósfera, puesto que no son tóxicos ni inflamables. Esto les otorga una
larga vida, permitiéndole destruir a las moléculas de ozono que se encuentre
por su camino durante mucho tiempo.
Si la Capa de Ozono fuese
destruida, el aumento de la radiación UV desencadenaría una serie catastrófica
de reacciones biológicas como el incremento en la frecuencia de enfermedades
infecciosas y cáncer en la piel.
Por otra parte, la producción de
gases de efecto invernadero (emitidos desde la superficie de la Tierra por
acción principalmente del hombre) que generan el llamado “Efecto Invernadero”,
tendrá como consecuencia un calentamiento global con cambios regionales en la
temperatura, lo que redundará en una elevación del nivel del mar como
resultado, entre otros factores, del derretimiento paulatino de grandes masas
de hielo polar.
Esto es como el pez que se muerde
la cola. A mayor cantidad de radiación solar que incide sobre la superficie
terrestre mayor incidencia sobre las temperaturas. Si sumamos los efectos del
calentamiento global provocado por el aumento del efecto invernadero y la mayor
incidencia de rayos UV del Sol sobre las masas de hielo como la Antártida,
podemos ver que la Tierra se sumerge en un estado de sobrecalentamiento
alimentado por todo ello.
Como podéis ver, la capa de ozono
es de vital importancia para la vida en el planeta, tanto para el ser humano,
como para la vegetación y los animales. Es prioridad mantener la capa de ozono
en buen estado y para ello, los Gobiernos deben de seguir trabajando en la
prohibición de emisiones de gases que destruyan el ozono.
Fuente: https://www.meteorologiaenred.com
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